Con el confinamiento, las terrazas se han vuelto nuestro oasis de la pandemia, proporcionándonos un espacio al aire libe y sin peligro de contagio. Por tanto, se han convertido en lugar imprescindible de nuestro hogar. El sitio ideal para proporcionarnos paz, como hace el Feng Shui.
El Feng Shui es una técnica oriental que se empezó a practicar hace más de 5.000 años y que surgió de los agricultores, que buscaban la mejor ubicación para crear sus casas y campos de cultivo y así estos generasen más prosperidad. Se basa en buscar la armonía del hogar o el lugar de trabajo, proporcionando una mayor productividad. Supone esta técnica que dependiendo de la disposición de una habitación las energías de la misma pueden cambiar y así darnos buena o mala suerte. Sigue una normas básicas como ordenar, limpiar, vaciar, iluminar, simplificar y que todo esté vivo.
Como se basa en las energías, hay que dejar la libre circulación de esta, por lo que tiene que estar despejada la terraza y poco recargada para dejar espacio al intercambio de energías.
Es mejor no buscar colores muy llamativos, para una terraza los colores de la naturaleza conseguirán que las fuerzas nos sean favorables. El beige o el blanco reflejan mejor la luz y aportarán mucha energía a nuestra vida.
Para conectar con la naturaleza y que todo esté vivo, no pueden faltar plantas. Un buen ejemplo sería un limonero, que es del color del dinero (buena suerte) y nos servirá para disfrutar de sus frutos con el tiempo.
No incluyas plásticos y químicos en la medida de lo posible, la teka es una buena opción para terrazas. Es resistente y bonita, además posee un tono natural perfecto para esta estancia.
Y por último, seguimos con la importancia de esta conexión con lo vivo, la naturaleza. Por ello, el agua se convertirá en un elemento imprescindible. Podemos colocar fuentes o estanques por ejemplo, que dejan a la energía fluir mejor y permiten que nos deshagamos de cosas del pasado que seguimos arrastrando.